Sculpt es un luchador ilegal.

También es el cantante principal de una banda de rock local.

Nadie sabe su verdadero nombre.

Y desde el momento en que lo conocí, él me hizo olvidar el mío.

Para convencer a Sculpt de que me diera lecciones de defensa personal, tenía que seguir su única regla: no quejarse o caminar. No pensé que sería un problema. Podría manejar algunos moretones.

Lo que no había previsto era aterrizar sobre mi espalda con Sculpt encima de mí y todo mi cuerpo ardiendo para él.

Intente ignorarlo.

Fallé, por supuesto. Y tener una ardiente y tatuada marica encima de mí semana tras semana, actuando completamente inmune a lo que estaba haciendo con mi cuerpo, era frustrante como el infierno, así que violé su regla, me quejé.

Entonces él me besó.

El amor es como una avalancha.

Golpea duro, rápido y sin piedad.

Al menos lo hizo por mí cuando Sculpt, el vocalista de la banda de rock Tear Asunder me dejó sin aliento.

Literalmente, porque también es un luchador, ilegalmente por supuesto, y él me enseñó a luchar.

También me enseñó a amar y me enamoré de él. Me refiero a que el tipo podría ser dulce, cuando no estaba siendo autoritario, y me gusta dulce.

Entonces todo se hizo añicos.

Secuestrada Famélica. Vencida. Estaba sola y luchando por sobrevivir. Cuando escuché la voz de Sculpt, pensé que estaba allí para salvarme.

Estaba equivocada.

El amor es feo y los secretos te destruirán.

Ream, el guitarrista de la banda de rock Tear Asunder, merece una medalla de oro por la mejor polla al huir en el momento en el que descubrió mi secreto después de dos días de sexo caliente.

Entonces llevo a una chica a mi fiesta de bienvenida del hospital —tras ser tiroteada. Lo odio, hasta que… El metro ochenta de Ream bordea fuera del coche después de estar desaparecido de gira durante ocho meses.

Lo miro fijamente. Y en mi defensa, cualquier chica miraría. Casi sería grosero no hacerlo porque Ream es el tipo de persona que destaca.

No porque es ruidoso y odioso.

No, era porque él es todo lo contrario. Sutil y peligrosamente tranquilo.

Si habla, será mejor que le gustes porque de lo contrario podrías estar cayendo a sus pies pidiendo clemencia. Excepto yo… Yo no mendigo —nunca.

Lo que comenzó como un trato rápidamente se convirtió en una amistad que conquistó monstruos.

Maté, pero escapé del infierno.

Sin emociones.

Desconectada.

Fría.

Un maniquí.

Es en lo que me he convertido para sobrevivir los años en cautiverio. Pude soportar el abuso y la pérdida devastadora siempre y cuando me mantuviera alejada.

Pero él no me dejó.

Crisis, el bajista de la banda de rock de mi hermano, Tear Asunder. Es engreído, grosero, un total prostituto. Pero la estrella de rock tiene mucho más por debajo de la superficie de su piel entintada, y está decidido a hacerme reír nuevamente.

Me hizo hacer un "trato", pero en realidad, fue un chantaje.

Sus términos eran simples.

Hasta que su honestidad juguetona se convirtió en los componentes básicos de algo inesperado.

Algo lo suficientemente fuerte como para sacarme del ojo de la tormenta.

Porque aunque escapé de años de abuso, no significaba que fuera libre.

Un sexy romance de segunda oportunidad de la autora más vendida del New York Times, Nashoda Rose. Se puede leer de forma independiente.

Un primer beso que lo cambió todo.

Killian Kane.

Era el chico más temido en la escuela secundaria.

Reservado. Enojado. Un luchador.

Pero cuando lo atrapé mirándome con sus cautivadores ojos verdes, vi algo más. Algo protector y amable.

Me advirtió que me mantuviera alejado de él.

Lo hice.

Hasta que no lo hice y él me besó. Un beso debilitante de la rodilla y un hormigueo corporal que me dejó sin aliento. Y me asustó muchísimo.

Y luego...

Me advirtió que nunca me acercara a él de nuevo o la próxima vez no me dejaría ir.

Eso fue hace once años.

Ya no somos adolescentes.

Probablemente me ha olvidado. Es una famosa estrella de rock ahora. Soy una instructora de baile con un sueño roto y desesperada por un trabajo.

Entonces, cuando volvamos a cruzarnos, no espero que se acuerde de mí.

Lo hace.

¿Y su advertencia hace once años? Estoy a punto de descubrir exactamente qué significa eso.