La primera vez que conocí a Caine West fue en un bar.

Se dio cuenta de que yo miraba hacia él y, por error, leí mi ceño fruncido mientras lo examinaba.

Cuando intentó hablar conmigo, lo puse en línea, diciéndole lo que pensaba de su mentiroso, infiel y ególatra trasero.

Verá, el hermoso imbécil había salido a cenar y había comido a mi mejor amiga, sin dejar de hablar con ella en su cama, sin mencionar que estaba casado.

Se merecía cada una de mis críticas y más por lo que había hecho.

Especialmente cuando esa sonrisa perezosa adornaba su rostro perfecto en respuesta a mi diatriba.

Solo resultó, el hombre que acababa de decir no era el hombre correcto.

Oops. Mi error.

Avergonzado, me escabullí sin una disculpa.

De todos modos, nunca volvería a ver al apuesto extraño de nuevo, ¿verdad?

Eso es lo que pensé ... hasta que entré a clase a la mañana siguiente.

Bueno, hola Profesor West, soy su nuevo asistente de enseñanza.

Trabajaré debajo de ti ... en sentido figurado.

Aunque la interpretación literal podría no ser tan mala, trabajar con el profesor West.

Esto iba a ser interesante…